sábado, 3 de septiembre de 2011

Es difícil saber por qué, pero a veces la tristeza es una vía de escape, es lo único que nunca te dejará. Necesitas ese día, escuchando baladas mirando el mar en una tarde de lluvía, llorar desesperadamente sin motivo. Ese precioso instante en el que no piensas en nada, simplemente lo que sientes, es como una conversación contigo mismo, como si te abrazaras.

Pensar, pensar y pensar... a veces pienso demasiado y por eso todo sale mal, igual que al repetir una palabra cien veces que acaba sonando raro. Pagaría por desconectar, por dejar de pensar, meditar y pasar de todo.
Me gustaría estar enamorado, tener alguien con el que no te hace falta pensar, simplemente eres feliz y no te evaluan cada 10 segundos. Pasar una tarde  abrazados mirando al infinito, juntos, que me roce con la mano la muñeca, que me acaricie lentamente, liberado de todo estress. Creo que vuelvo a pensar demasiado

Pequeños detalles

Me gusta, sí, me he cansado de siempre lo mismo, los grandes gestos, los hechos absolutos ya no me importan, son comunes al fin y al cabo. Para ser feliz...me basta con los detalles, correr colina abajo hasta perder el control, ver como llueve en la playa apoyado en mi bici, esa pequeña sonrisa que se escapa cuando te ve alguien que aprecias...
Porque al fin y al cabo, los detalles son los que llenan la vida, puede que no los recuerdes pero son los que te hacen feliz. Por eso ya no espero grandes sucesos, espero grandes detalles.